Proyecto social y cultural: Centro Comunitario, espacios de encuentro en crecimiento para comunidades de entornos selváticos tropicales
Este centro comunitario forma parte de un proyecto global de reubicación de dos comunidades indígenas en la Selva de Panamá, el cual también incluye el diseño de tres tipologías de viviendas, una escuela y un centro comunitario para cada enclave.
Proyectar en la selva tropical húmeda y bajo condiciones tan específicas fue un gran reto, siempre buscando soluciones culturalmente aceptables, climáticamente eficientes y funcionales para las necesidades de la comunidad.
Este centro comunitario responde a estos desafíos y forma parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la calidad de vida de una comunidad con una esperanza de vida de solo 25 años.
Premisas fundamentales en el diseño del centro comunitario
- Privacidad visual y ventilación en las aulas: Las aulas deben ofrecer privacidad visual sin sacrificar la ventilación cruzada, fundamental en el clima tropical.
- Espacios cubiertos para juego: Es necesario proporcionar áreas cubiertas para que los niños puedan jugar, ya que tanto el sol intenso como las fuertes lluvias tropicales y las altas temperaturas limitan la libertad de movimiento al aire libre.
- Flexibilidad y adaptabilidad: El diseño debía prever el rápido crecimiento de las comunidades y ofrecer una solución autogestionable para la ampliación de la escuela.
- Logística de transporte y construcción: Debido al difícil acceso a la ubicación, los materiales y el método de construcción tenían que ser fáciles de transportar y montar con un equipo mínimo.
- Materiales locales: Se priorizaron materiales sencillos, conocidos y fáciles de encontrar, con el fin de reducir costos y facilitar la construcción.
Soluciones de diseño: Ventilación, espacios de juego y crecimiento modular
Para lograr la privacidad y ventilación en las aulas, se diseñaron cerramientos con panelado de madera a tresbolillo, que permite el paso del aire pero bloquea la visión, favoreciendo la ventilación cruzada al separar el techo de las paredes.
Los espacios cubiertos y la flexibilidad se lograron mediante un diseño modular. Cada aula es una unidad modular de 7×7 metros, con una estructura de techo que se extiende 3 metros alrededor de la sala de clases, creando áreas cubiertas para juego. El techo se gira 30º, lo que genera una distinción en los espacios: algunos más anchos para juegos y otros más estrechos para circulación. Los módulos pueden solaparse, compartiendo pilares de los extremos y con cubiertas a diferentes niveles, permitiendo un crecimiento continuo del centro comunitario.
Materiales y logística de construcción
Dado el difícil acceso al sitio, la logística de transporte y los materiales fueron aspectos fundamentales en el diseño. La estructura está pensada en madera tratada con una garantía de 25 años, y los techos se construirán con láminas de zinc. Inicialmente, las paredes se planearon con tierra compactada del lugar, pero debido a la composición del suelo, se optó finalmente por bloques de cemento. El suelo se realizó con piezas cerámicas rústicas.
Resultado final: Un centro comunitario versátil y adaptable
El resultado es un centro comunitario de espacios fluidos, adaptable a la topografía natural, y con la capacidad de crecer a lo largo del tiempo. Este diseño modular no solo garantiza la flexibilidad y funcionalidad del espacio, sino que también respeta las necesidades culturales y climáticas de la comunidad, promoviendo un entorno sostenible y duradero en la selva tropical.