Escuela Indigena

Proyectar en la selva húmeda y bajo unos condicionantes tán específicos y diferentes fue un gran reto que tuvimos que enfrentar, intentando siempre buscar respuestas culturalmente aceptables para la comunidad, climáticamente eficaces y funcional dentro del uso que tiene.

Trabajamos bajo varias premisas fundamentales:
1. Los espacios de las aulas deben proporcionar privacidad visual, pero deben permitir la ventilación.
2. El diseño debe proveer espacios cubiertos para que los niños puedan jugar ya que tanto el sol como la lluvia tropical y las altas temperaturas no permiten mucha libertad de movimiento.
3. Flexibilidad y adaptabilidad en la propuesta, puesto que se debe pensar que el crecimiento de las comunidades es muy rápido y hay que pensar en una manera de crecimiento autogestionado de la escuela.
4. Logística de transporte de material y la construcción en sí misma.
5. Materiales a utilizar sencillos, conocidos y fáciles de encontrar.

La privacidad y ventilación de las aulas las conseguimos separando el techo de las paredes permitiendo siempre la circulación del aire, y haciendo algunos cerramientos sólidos y otros de madera con un panelado a tresbolillo que permite el paso del aire pero no permite la visualización, favoreciendo la ventilación cruzada.

Los espacios cubiertos y flexibilidad lo conseguimos mediante un diseño modular. Cada aula con su tejado es una unidad modular. Cada unidad está compuesta por el aula de 7×7 m (49m2 de aula según normativa de MEDUCA) y una estructura del tejado que cubre un área de 3 m alrededor para que cada uno proporciona un espacio cubierto a su alrededor para juego. Dicha cubierta se gira 30º lo que produce una distinción de espacios, unos más estrechos, que no permiten el juego y son de paso, y otros más anchos que sí permiten los juegos. Dichos módulos están pensados para que se solapen uno al lado del otro usando los mismos pilares de los extremos pero con las cubiertas a diferentes niveles. Esto permite un crecimiento infinito de la escuela consiguiendo además siempre espacios de juego cubiertos muy amplios alrededor de las aulas.

Los materiales y la logística de transporte van ligados de la mano, ya que puesto que los proyectos se encuentran en lugares de muy difícil acceso, todo el material que se use tiene que ser posible transportarlo y construirlo con un máximo de dos o tres personas por cada pieza. Por lo tanto, la estructura se piensa de madera tratada con una garantía de durabilidad de 25 años, los techos serán de Lámina de Zinc y las paredes serán de tierra compactada del lugar. Finalmente no se pudo realizar de esta manera por la composición de la tierra y se hizo con bloques de cemento. El suelo se construyó con piezas cerámicas rústicas.

El resultado final es una escuela con espacios muy fluidos, versátil y muy funcional, con capacidad de adaptarse a la topografía de manera natural y con la posibilidad de crecimiento en el tiempo fácilmente.

Cliente:
Private and Ministerio de Educación de Panamá MEDUCA.

Equipo:
Septiembre Arquitectura.

Colaboradores:
José Tovar, Kelly Doran, RePlan, Carlos Orfila.

Photo:
Elena Calvache

Ubicación:
Panamá

Año:
2012